Romina Ressia – Retratos del Siglo XXI

Retratos del Siglo XXI plantea una revisión a las problemáticas humanas vislumbradas en las prácticas sociales y artísticas, de igual modo que en las representaciones de las corporalidades. Con la finalidad de interpelar la antigüedad y vigencia de las categorías constituidas a lo largo de los años, Romina recurre al oxímoron para trazar un recorrido anacrónico bajo una mirada contemporánea.

Una serie de figuras retóricas visuales, que encarna el desarraigo temporal en una contraposición de paradigmas y objetos descontextualizados. La artista utiliza dicho recurso como una herramienta para posibilitar la formulación de interrogantes, poniendo el acento en el estatuto simbólico de cada elemento invocado en sus producciones.

En efecto, sus obras devienen de su exploración sobre lo inherente al sujeto atravesado por progresos – que no se reducen a las invenciones tecnológicas – desde un abordaje circunscripto a la historia del arte. En este sentido, retoma en términos estéticos a los movimientos del siglo XV al XVI 11, cuyo profundo interés nace a partir de un evento de su infancia situado en la casa de su tía-abuela, donde contempló una reproducción sobre papel de «Las meninas» (1656) del pintor español Diego Velázquez.

Esta primera aproximación y, posteriormente, las influencias de las piezas pictóricas del neerlandés Rembrandt, conformaron un acervo que desembocó en un despliegue de fotografías. Las mismas que evocan a las pinturas de siglos pasados por el uso recurrente, en algunos casos, del claroscuro y, en otros, de una dirección de arte con una paleta de colores quebrados en blanco. Así como también, la posición en la que se colocan sus protagonistas, quienes tienen sus cuerpos cubiertos por vestidos y camisas, mayormente de telas sobrias y oscuras, además de gorgueras, cravats y bandas caídas con encaje en sus cuellos, aludiendo a la indumentaria y al ornamento propio de dichas épocas.

No obstante, su carácter reminiscente se pone en tensión y adquiere un valor enigmático e incluso satírico. Esto sucede gracias a la incorporación de los cuestionamientos del presente por medio de elementos actuales, configurando imágenes suspendidas en un periodo ambiguo, las cuales albergan objetos populares y cuerpos diversos en busca de reconstruir el concepto de belleza en occidente y los roles sociales de los individuos.

De aquí la temporalidad ambivalente y su afán por los retratos renacentistas, barrocos y rococós. A través de dicho género, señala a estos modelos personificados para atestiguar aquello persistente en el engranaje humano – sin desconocer la fluidez y plasticidad de los sujetos y las culturas-. Algo del orden de la insistencia exhibida como una suerte de fuerza, que coacciona sus necesidades y determina a las personas en pos de las demandas de su época.

Romina se detiene en las representaciones en donde operan mecanismos de homogeneización y normalización, cuya función responde a encasillar a personas en categorías reduccionistas. Ante estos artilugios, expone aquello que se ha intentado soslayar: Formas y texturas corporales disímiles, dentro de una vasta franja etaria, en un encuentro entre pieles dispuestas en una pieza tras otra.

Una articulación inclusiva, que escapa de los discursos estereotipados y de la gerontofobia instalada en la actualidad. Incluso, irrumpe en las interpretaciones sobre objetos proliferantes en la infancia y la juventud, al hallarse asociados a periodos prematuros del individuo y a momentos de ocio. En otras palabras, un avión de plástico en miniatura, un skate y una bolsa con pochoclos, entre otros, sostenidos por estos personajes de época y de edades diversas.

De este modo, la divergencia y heterogeneidad en sus fotografías se transforma en el punto de partida para sumergirse en el universo de la artista, en sus reflexiones, en donde subraya las bifurcaciones sociales e individuales del ser humano, preguntándose sobre los efectos de los discursos sobre la humanidad y cuán determinada ha estado por los mismos.

Texto curatorial: Camila Stehling