Walker Evans, Fernando Paillet, Jim Dow y Guillermo Srodek Hart – Congruencias
Agosto 2018
Agosto 2018
Congruencias
Tres años atrás, Jim Dow y Guillermo Srodek-Hart abrieron sus viejos archivos de fotografías y negativos con la intención de armar una propuesta para una pequeña exhibición de los dos. Para su sorpresa, descubrieron que habían seleccionado abundantes obras con similitudes inconfundibles y diferencias significativas. Así comenzó un diálogo sobre influencias, ideas e intenciones.
Esto los llevó a incluir a dos artistas más: el argentino Fernando Paillet y el norteamericano Walker Evans, ambos de enorme impacto sobre la obra de Dow y Srodek-Hart.
“Congruencias” es una serie de juxtaposiciones de obras fotográficas donde se busca delinear inspiraciones, culturas y períodos de tiempo. Las imágenes exhibidas ofrecen distintas interpretaciones sobre la historia, la nostalgia y el compromiso artístico, poniendo igual énfasis en la observación y la forma, sin importar la simpleza del sujeto fotografiado.
Fernando Paillet produjo sus fotografías más memorables durante febrero de 1922, con un “sutil estilo (que) triunfa desapareciendo como estilo… (1),” una obra muy diferente a los retratos de estudio con los que se ganaba el pan.
Años más tarde, ya habiendo abandonado su ambición de convertirse en escritor, Walker Evans se vuelca a la fotografía: primero, experimentó con formas de surrealismo y autorretratos, y luego adoptó el mismo estilo directo que Paillet había implementado unos 8,000 kilómetros al sur. El resultado de esa forma de fotografiar ha sido descripta como “poética, quirúrgica, enciclopédica.” (2)
Evans y Paillet no sabían de la existencia del otro. Los separaba la distancia, la cultura y, de cierta forma, sus intenciones. Paillet, además de ser pintor, violinista y director de coros, tenía la preocupación de mantener su negocio de fotografía funcionando. Evans, en cambio, no tenía un ingreso fijo y se movía en los círculos de artistas y escritores de Nueva York, sobreviviendo con trabajos temporales, comisiones públicas y privadas.
A principios de 1960, Jim Dow comenzó a fotografiar en un estilo que un crítico describió como “tonto, en el sentido honorífico de la palabra.” (3) En sus años de estudiante, Dow asistió a una charla de Walker Evans sin saber de quién se trataba ni qué obra estaba por ver. Fue tal el impacto que Evans causó en Dow, que éste llegó a ubicar -literalmente- su cámara sobre las huellas del trípode de quien luego sería su maestro. (4) Con el paso del tiempo, los resultados fueron reflejando la propia sensibilidad de Dow como fotógrafo.
Para fines del siglo 20, Guillermo Srodek-Hart, quien había estudiado y luego asistido a Dow, comenzó a trabajar en un estilo que ha sido reseñado como “menos despiadadamente clásico, (con un) lado nostálgico.” (5) Impulsado por un deseo de documentar y homenajear a “los últimos que quedan,” buscó a los descendientes alegóricos de aquellos inmigrantes que Paillet habría fotografiado, un siglo atrás, posando en sus bares y negocios.
Teniendo en mente estas diferencias y similitudes, Congruencias busca iniciar diálogos sobre las motivaciones sociales, políticas y artísticas combinando imágenes producidas por cada fotógrafo. Esta exposición analiza las influencias de profesores, mentores y modelos, así como también de culturas, continentes y períodos temporales.
Biografías
Fernando Paillet
“La singularidad de Paillet estuvo en el modo en el que fotografió Esperanza, especialmente sus interiores, y en la insistencia obsesiva de hacerlo a lo largo de los años.” Luis Príamo, “Fernando Paillet. Fotografías de Esperanza y la Pampa Gringa. 1849-1949” 2015.
Fernando Paillet (1880-1967) nació en Esperanza, provincia de Santa Fé, en el seno de una familia Suizo-Belga de clase media. En esa época, Esperanza era una de las colonias agrícolas más prósperas de Argentina.
A los 14 años comenzó a trabajar como asistente de fotógrafo en varias ciudades del país, para más tarde regresar a su pueblo y abrir su propio estudio en 1901.
Paillet tuvo un importante éxito comercial y creativo hasta alrededor de 1940 cuando, por varios motivos -principalmente sus métodos meticulosos y obsesivos- hicieron que su trabajo dejara de ser rentable.
Según el historiador de fotografía Luis Príamo, Paillet hacía una clara distinción entre sus imágenes de rutina profesional (las que consideraba documentos), y aquellas producidas con un estilo romántico y clásico (muchas veces retocadaso transformadas en fotopinturas), las que veía como arte. Sin embargo, sus imágenes de la vida esperancina -directas, rigurosas y exquisitamente iluminadas- claramente evocan a contemporáneos que ven en este estilo una expresión artística.
Las fotografías que Paillet produjo sin fines puramente expresivos contienen el imperativo histórico y topográfico de Eugéne Atget y August Sander,y la cuidadosa composición e inequívoca especificidad de Walker Evans, por nombrar sólo a tres autores. En el día a día, Paillet era un ‘Hombre del Renacimiento:’ instruido, sofisticado, fotógrafo y retocador, coleccionista de libros, pintor, escritor, músico y compositor. En su pueblo, era un agente cultural activo mediante su participación en grupos, clubes y sociedades.
Sus últimos años estuvieron minados de frustraciones, ya que su práctica fotográfica y su participación en la comunidad fueron declinando significativamente. “Vivía solo, rodeado de un puñado de fotos, sus composiciones musicales, sus libros de música, sus herramientas de fotografía, sus muebles viejos, su falta de interés por el presente.” (Gaston Gori, citado por Luis Príamo).
Es sabido que una considerable porción del archivo Paillet fue destruído; sin embargo, lo que se ha rescatado es de una calidad tan excepcional que uno no puede imaginar lo que habrá sido su obra completa.
Walker Evans
«La fotografía no tiene nada que ver con el ‘arte.’ Por eso mismo, es arte”. Walker Evans, para Time Magazine, 15 de Diciembre de 1947.
Walker Evans (1903-1975) es reconocido mundialmente como uno de los fotógrafos más influyentes del siglo 20.A su vez, Evans fue influenciado por un gran número de practicantes y artistas, desde vernáculos retratistas hasta el avant-garde Europeo.
Nacido en una familia de clase media-alta en 1903, desde muy joven le interesaron las artes, incluyendo la fotografía. Luego de un año en la universidad, dejó sus estudios para mudarse a Nueva York y forjar su camino como escritor. En 1926 viajó a Paris para pulir su estilo literario y ampliar su experiencia personal. Una vez allí, Evans se interesó aún más en la fotografía, y al año siguiente regresó a los EEUU dispuesto a aprender el medio, adoptando en un principio los estilos experimentales de la época. Sin embargo, para fines de 1932, se volcó a una estética diferente: “evocativa de nociones más reticentes al realismo, al rol del espectador, y a la resonancia poética de sujetos ordinarios.” (Department of Photographs, The Metropolitan Museum of Art. Octubre 2004).
Pasó gran parte de los años 30 fotografiando en el este de los EEEUU, cerca de su base en Nueva York. A medida que la depresión se profundizaba, comenzó a trabajar para el Farm Security Administration, un brazo del “New Deal” del presidente Franklin Roosevelt. Esto le dio la libertad de viajar intensivamente por el sur del país. Los resultados de este trabajo culminaron en una importante exhibición fotográfica en el Museum of Modern Art de Nueva York en 1938.
En la monografía que acompaña la muestra ‘American Photographs,’ la secuencia es inexorable, casi cinematográfica, donde “cada objeto es observado frontalmente, con la dura franqueza que poseen los íconos rusos o un retrato holandés. Los hechos se apilan a la par de las copias fotográficas.” (Lincoln Kirstein, de la introducción a “American Photographs,” 1938). Esto resultó en una obra maestra que conserva su vigencia al día de hoy.
Tres años más tarde, Evans co-publicó un importante ensayo, “Let Us Now Praise Famous Men,”en colaboración con James Agee, “un escritor poético y metafísico, que quería tanto honrar como abolir la realidad”. (David Denby, The New Yorker, 9 de Enero, 2006). Las apreciaciones de ambos, aunque empáticas, eran diferentes; la tensión resultante produjo otro gran -aunque menos reconocido- libro.
Evans continuó fotografiando y publicando, y también se convirtió en editor y fotógrafo de las revistas Time, Life y Fortune, donde contribuyó de modo relevante en los años 60.
Esa década, marcada por un reanimado interés en la historia y los “American Studies,” coincidió con su participación académica en el recientemente fundado Departamento de Fotografía de la Universidad de Yale. A su vez, trabajó extensivamente con la nueva Polaroid SX-70.
Murió de un paro cardio-respiratorio en 1975, luego de dar una charla a sus alumnos de Harvard y Radcliffe, algo que amaba hacer. En su obituario, el New York Times lo describió como “uno de los más grandes artistas de su generación.”
Jim Dow (1942-)
“Jim Dow es tonto, en el sentido honorífico de la palabra”, extracto de una entrevista, c.1975, fuente desconocida.
Nació en Boston, MA.en un enclave liberal, rodeado y protegido de la mentalidad norteamericana de los años 50. Obtuvo un BFA en diseño gráfico y un MFA en fotografía en Rhode Island School of Design, en 1965 y 1968 respectivamente.
Mientras estudiaba bajo la tutela del eminente fotógrafo Harry Callahan, se encontró con la obra seminal de Walker Evans: el libro American Photographs (1938).Dow recuerda su primera impresión: “imágenes claras, infinitas en sus detalles de arquitectura y personas de pueblos. Lo que despertaban era una sensación palpable de pérdida… fotografías que se leían como párrafos -mismo capítulos- de una larga, rica y compleja narrativa.”
Las bases que sentaron el objetivo de la carrera de Dow como artista (con un giro documental) fue la confluencia de las máximas de sus dos referentes: Callahan, sosteniendo que ‘no puedo decir qué es lo que hace una fotografía. No puedo. Es un misterio,” y Evans diciendo “lo ven: un documento tiene uso, mientras que el arte es, realmente, inservible.”
Al poco tiempo de haberse graduado, Dow fue contratado en 1972 por el Museum of Modern Art de Nueva York para imprimir las fotos de Evans -su mentor- en pos de una retrospectiva.
Luego vino el apoyo del Guggenheim Foundation, el National Endowment for the Arts, el New England Foundation for the Arts, Tufts University y el School of the Museum of Fine Arts, así como también de individuos e instituciones privadas. Desde entonces, Dow ha viajado fotografiando letreros, edificios, estadios, tribunales y clubes privados por todo Estados Unidos, Argentina, México, Portugal, el Reino Unido y Uruguay, por más de 45 años.
Dow es también docente desde 1972, enseñando fotografía, historia de la fotografía y arte contemporáneo en Harvard, Princeton, Tufts University y el School of the Museum of Fine Arts, Boston.
Al preguntarle sobre su método, Dow ha explicado que “tal vez por haber crecido en un hogar sin televisión, no sólo miro, sino que observo.”Sin embargo, la mejor reflexión sobre su fotografía es la de Ian Frazier, en la introducción a American Studies: “lo que amo de las fotografías de Jim Dow es que no son broma.”
Dow ha publicado dos libros, Marking The Land (2007) del North Dakota Museum of Art, y American Studies (2011) del Center for Documentary Studies de Duke University.
Guillermo Srodek-Hart(1977-)
“Al igual que Evans y Dow, Srodek-Hart busca la ‘belleza simple,’ particularmente en regiones poco visitadas, pero Evans buscaba señales modernas de progreso, como las industrias y sus desechos residuales, asi como también edificios y monumentos históricos. Srodek-Hart es menos despiadadamente clásico en su estilo y permite un lado nostálgico en su recorrida por estos vestigios de arquitecturas y comercios de tiempos pasados en la Argentina.” Anne Tucker, de la introducción a “Stories,” 2015.
Nació en Buenos Aires, Argentina, criado en una familia multi-cultural y plurilingue. Estudió artes visuales en el School of the Museum of Fine Arts/Tufts University (BFAD, 2003) y en Massachusetts College of Art (MFA en fotografía, 2008) en Boston, MA.
En sus años como estudiante, trabajó con los profesores Bill Burke, Jim Dow y Laura McPhee -entre otros- y leyó extensivamente sobre temas referidos al colonialismo, literatura e historia del arte; dicho en sus palabras, “desarrollé un interés por mis raíces.” En los recesos, visitaba su país para viajar a través de las inmensas pampas, adentrándose en los pueblitos, buscando gente y lugares para fotografiar.
Cuando su abuelo materno, una persona muy importante en su vida, fallece en 2001, Srodek-Hart comenzó a tomar la muerte, la memoria y el paso del tiempo como foco artístico. Los viejos modos de vida de los pueblos se transformaron en una metáfora de su pérdida. Se concentró en fotografiar los pequeños comercios, almacenes, talleres y bares que aún sobrevivían, lo que él define como ‘los últimos que quedan.’
Por más de una década estuvo inmerso en este trabajo, culminando en una monografía, Stories (2015), publicada por Prestel, así como en numerosas exhibiciones.
Jim Dow & Guillermo Srodek-Hart. Belmont, MA, USA & Buenos Aires, Argentina, 2018
(1) Luis Príamo de su introducción a‘Fernando Paillet. Fotografías de Esperanza y la Pampa Gringa. 1849-1949,’ 2015.
(2) The Metropolitan Museum of Art,
https://www.metmuseum.org/toah/hd/evan/hd_evan.htm
(3) extracto de una entrevista, c.1975, fuente desconocida.
(4) Ver la serie de la “Tumba de la Familia Castellucci.”
(5) Anne Tucker, de la introduccion a‘Guillermo Srodek-Hart: Stories.’ Prestel, 2015