
En algún momento el sonido del monte fue el de los insectos el viento y la caña Hoy es el de las botas hundiéndose en el barro, los machetes que abran paso ,el crujido de los árboles al quebrarse y las plantas que amortiguan su caída. Cada tanto la motosierra invade con su olor a nafta
Desde el puente sobre el río Santiago mirando hacia Cuatro Bocas, Pata señale su casa, a la derecha. El canal se bifurca una y otra vez hasta internarse entre los árboles.
Me cuenta que un mediodía apenas mudado a Palo Blanco se metió en el monte. Para conocerlo bien, dice. Se perdió. Logro volver a la casa al atardecer cubierto de raspones y cortes por las plantas. En el monte si caminas hacia allá salís al Río, hacia el otro lado al canal y para allá, al camino. Es fácil. Lo difícil es caminar derecho.